por David Escobar Melgarejo **
Todo tipo de creación musical posee un predecesor fácilmente identificable, en este caso, para el género musical llamado metal , se parte de una diversidad musical y cultural tan vasta que puede generar confusión, incluso en su interior surgen una gran cantidad de géneros o subgéneros que complican aún más una posible identificación. Así entonces, este artículo se propone realizar un acercamiento al metal tanto para sus seguidores como para aquellos que nunca se han acercado a esta música.
En este orden de ideas, resulta pertinente iniciar con las palabras de Salvador Rubio, quien señala que:
El metal extremo es una tendencia musical popular basada en el rock, cuyos orígenes se remontan a los primeros años ochenta que se caracteriza por englobar bajo dicho término "paraguas" gran cantidad de formas y estilos musicales, muchos de ellos con pocos rasgos comunes, aunque comunes todos basados en la búsqueda de sonidos más extremos (oscuros, veloces, lentos y violentos) que la música pueda crear. (Rubio, 2011, pág.25)
El metal como género muscial es integrado de forma básica por subgéneros como el heavy, speed, thrash, black, death sueco, death estadounidense, gothic, doom, grindcore, goregind, folk metal entre otros. Dichos géneros provienen de diversas latitudes y surgen en las tres últimas décadas del siglo XX. Estos dos aspectos llevan al oyente a preguntarse cómo, por qué y quiénes fundaron, crearon o impulsaron los subgéneros del metal. Las respuestas a estas preguntas generan una controversia sensible al momento de diferenciar cada uno de ellos; muchas personas prefieren confundir lo que hace parte o no de un subgénero en específico. Desde los años cincuenta hasta los setenta existieron personajes como Elvis Presley (1935-1977) o Johnny Cash (1932-2003) que fueron una influencia para lo que sería el rock and roll que hoy conocemos; y lo mismo se puede decir de Jimi Hendrix (1942-1970) y muchos músicos más, en quienes no se centrará este artículo, el cual se enfocará en artistas más puntuales de años posteriores, como Black Sabbath, banda formada en 1968 en Birmingham por los ya conocidos Tony Iommi, Ozzy Osbourne y Geezer Butler, con un debut aplastador, denso y oscuro llamado Black Sabbath en 1970. Ellos cambiarían la concepción de la música a nivel mundial. Para muchos, son los creadores del heavy metal, para otros, y como opinión personal, fueron precursores esenciales en el doom; es decir, ellos estaban creando doom metal y aún no lo sabían porque no existía ningún tipo de etiqueta musical. Por esta razón, la masa de forma primaria los enfoca como creadores del heavy metal .
Black Sabbath marca las pautas de la música en los setenta. Pocos años después, surgiría la nueva ola de heavy metal británico (NWOBHM) con bandas como Iron Maiden, Saxon, Virtue, Satan y Crucifixión, entre otras. Muchos dirán que aquí entran Judas Priest o Motörhead, pero estas bandas son puntos aparte del sonido anteriormente referido, ya que llegan años antes y, aunque son de Inglaterra, junto con Maiden, marcan líneas en la historia de la música como influencia directa. Dave Mustaine, pilar del thrash, cuenta en su biografía que escuchando Judas Priest, con su disco Sad Wings of Destiny, de 1976, lo introdujo en la música, siendo de los primeros trabajos que él obtendría. Casos como este existen cientos, donde la nwobhm fue una influencia vital para la creación de géneros posteriores.
Es muy importante decir que ya existía el heavy metal como género que poseía aspectos diferenciadores con los ya existentes punk y hardcore surgidos años atrás. Rasgos como el tener el cabello largo, usar ropa singular o usar vestimenta en cuero influenciada por Rob Halford de Judas Priest, el tratar distintos temas como las guerras, vivencias, oscuridad u ocultismo y, por supuesto, el satanismo son factores que marcan en años posteriores a bandas extremas, hecho que para muchos es un diferenciador de aquellos grupos que se citarán a continuación con las bandas creadas casi una década más adelante. Esto se ve en letras y portadas como las de la banda Angel Witch, con su álbum Angel Witch, de 1980, o Satan, con su trabajo Court in the Act, de 1983; Iron Maiden, con The Number of the Beast, de 1982, o Mercyful Fate, banda de Copenhague, Dinamarca, con sus trabajos Melissa, de 1983, y Don’t Break the Oath, de 1984; o, por qué no trasladarse también a la banda australiana AC-DC, muy importante en la formación del metal en general, quienes con la canción Highway to Hell, de 1979, entre otras, marcarían una temática asociada con lo infernal y demoníaco, siguiendo la propuesta de Black Sabbath, con My Name is Lucifer en NIB o en su tema “Black Sabbath”, en el cual el protagonista relata un sueño en el que ve un demonio.
Cabe señalar que las temáticas nombradas anteriormente ya existían desde los primeros pasos del heavy metal; tales temáticas conforman uno de los grandes rasgos que separaban este tipo de música de la comercial que se oía en aquellos años, siendo esto mismo motivo de controversias y demandas por parte del público, que se sentía inconforme con esta serie de grupos. Igualmente, su sonido cada vez se hacía de forma más ruda y estridente. Como se dijo antes, después surgirían bandas con un sonido más feroz y que, con la misma importancia dieron pie a géneros extremos que dieron en el blanco de la oscuridad por su estética y sonido más crudo o técnico.
Venom, Bathory, Hellhammer y Celtic Frost
Esta serie de grupos liderarán el acervo de bandas más radicales. Esta lista empieza con Venom, banda de Newcastle, Inglaterra, fundada en 1979, que muchos incluyen en la nwobhm, pero que realmente no pertenece a este gran seriado de bandas, ya que su intención musical es muy distante —resaltar que se habla netamente de su sonido—. Algo que siempre caracterizó a Venom fue su puesta en escena. Estos tres tipos de Newcastle se tomaban en serio el tema de la oscuridad en sus shows y se atrevieron a realizar trabajos como Welcome to Hell, de 1981, At War with Satan, de 1984, y, por supuesto, Black Metal, de 1982, aclamado disco tanto por sus letras como por su portada. Es de aquí que se dio nombre al subgénero black metal, un tema muy importante en este artículo.
Venom es seguida por Bathory, banda sueca que haría su primera aparición en el compilado Scandinavian Metal Attack, de 1984. Este grupo realmente estaba formado por un solo integrante, Quorthon (Tomas Forsberg), quien se encargó de darle el nombre y el peso a Bathory, y que además se tomó muy enserio el tema de la oscuridad, pero con un sonido mucho más extremo y crudo, potente y sin miedo a repercusiones por la naturaleza de su música. Esto fue afirmado por el mismo Quorthon: “Ninguno de nuestros amigos en otras bandas había conseguido grabar nada en condiciones [...] no podría importarnos menos si la gente que nos escuchaba pensaba que apestábamos” (citado en Rubio, 2011, p. 64).
Estas palabras y esa actitud de “todo importa un carajo” de Quorthon serían las mismas que darían apoyo a la noción del metal extremo que se gestaría años después. Trabajos como Bathory, de 1984; The Return, de 1985; o Under the Sign of the Black Mark, de 1987, se adentraron en un nivel musical más estridente, simple, sucio y con gran fuerza; “se convertiría en leyenda cuya estética, oscura y tétrica en su aterradora sencillez; sus letras demoníacas, y desgarradas; y su música, simple, ruidosa polvorienta y desgarrada se ha convertido hasta hoy por excelencia para todo un género: el Black Metal” (Rubio, 2011, pp. 64-65).
Por último, se encuentra Hellhammer, grupo de Suiza que realmente forjó lo que es ese sonido crudo en el metal. Esta banda, liderada por Tom Gabriel, incursionó en la técnica de screaming, que consiste en que un hombre genere un grito agonizante en una canción para placer de sus oyentes. Ejemplo de lo anterior es su EP1 titulado Apocalyptic Raids, de 1984, con una portada bastante agresiva y polémica que representaba a Pazuzu y con la que representaron el sonido extremo:
Hellhammer quienes acertaron en crear, en apenas un puñado de demos recopiladas después bajo el mismo nombre genérico Demons Entrails, un tipo de sonido sucio, frío y chirriante que fue absolutamente clave para el desarrollo, años después del Death Metal y Black Metal. (Rubio, 2013, p. 191)
Más adelante, esta misma banda, junto a Tom Gabriel, crearon Celtic Frost, y en 1984 lanzan Morbid Tales. Con su segundo trabajo, To Mega Therion, de 1985, empezaron a dar forma a lo que más adelante conoceríamos como gothic metal.
Esta línea se marcaría de una forma más fuerte en su siguiente trabajo, In to the Pandemonium, de 1987, con sonidos espesos y lentos trazaron movimientos particulares en su producción con fondos profundos. Esto se puede apreciar al escuchar “Tristesses de la Lune”, donde una mujer relata un poema de Baudelaire sobre un fondo de cuarteto clásico.
Son estos ritmos y sonidos los que replicarían más bandas como, por ejemplo, Pazuzu, de Viena, o Theatre des Vampires, de Italia. Lo cierto es que Celtic Frost estaba en un nivel más allá de Hellhammer y de la música creada en su época; aunque Black Sabbath dio ese primer respiro al género “con un concepto lírico, musical, compositivo, y gráfico ampliado con un mayor nivel técnico, con más expectativas para grabar en mejores condiciones con el apoyo de la Noise Records” (Rubio, 2011, p. 66).
¿Porque traer a la discusión estas bandas? Estos grupos mencionados son la base para gestar los sonidos extremos que llegarían en años siguientes. Se puede afirmar que no son parte de dichos movimientos posteriores, a pesar de las similitudes o herencias que puedan presentar algunas bandas.
Como se citó anteriormente, desde el inicio del sonido duro del heavy metal que creó Black Sabbath se trataron temas que para su época eran muy difíciles y extraños, acompañados de una línea musical única. En todo el mundo se formaban bandas como Barón Rojo, Ángeles del Infierno o, por supuesto, Kraken, en Colombia; desde luego, se podrían nombrar cientos de bandas más, pero el punto que se va a tratar es que, a pesar de que estas bandas hacían heavy metal y de que inspiraron a grupos posteriores, jamás hicieron parte del thrash, death o black metal, simplemente porque su sonido no era el mismo que el de estos géneros; por ejemplo, quien dice que Motörhead o Iron Maiden hacen thrash o death es obvio que no distingue entre una cosa y la otra.
En este momento, el lector puede estar pensando “pero sin Motörhead o Iron Maiden no existirán ni el thrash ni el death”; y claro, tiene toda la razón, porque gracias la mezcla del heavy y el punk (vertiente que no se citó pero que es muy importante en la gestación de sonidos duros y rápidos) siendo el punk el plus de la agresividad de posteriores géneros.
Thrash metal-speed metal
El speed metal es un género fundamental que crea esa mezcla del sonido del rock and roll puro y velocidad con voces limpias y altas. Se inició con bandas como Kat, Riot, Quiet Riot, Anvil o Torrent. Algunos pondrían en dicha lista a la banda Motörhead y a Venom, pero estas son bandas con un sonido único. El speed metal da el disparo de inicio a la velocidad musical en el metal.
Bandas como Metallica, Megadeth, Slayer, Exodus, Hirax, Carnivore, Anthrax y Nuclear Assault, todas estas norteamericanas, y muchas más alrededor del mundo —por ejemplo, al mismo tiempo, a mediados de los ochenta, en Alemania se creó una escena o movimiento del thrash fundamental, la cual estaría integrada por bandas como Kreator, Sodom, Destruction, Assasin, Tankard, Violent, Force, Holy Moses y muchas más— daban un plus: trataban temas como las guerras nucleares, las batallas, las fiestas y el alcohol, que con el tiempo tuvieron mayor presencia.
Es claro que, en los ochenta, el trash marcó la principal diferencia con respecto al heavy metal integrando a su estructura musical baterías veloces al tempo de metralletas, guitarras como sierras y voces junto al estruendo del bajo, mostrando tonalidades jamás vistas en las que el redoblante hizo hincapié en ello, teniendo en cuenta que el thrash se caracterizó por su agresividad y su carácter “fuck off”, en contra de escenas como las del glam metal en la ciudad de Los Ángeles, siendo estos individuos llamados “possers” por su posición de estética y vanidad excesiva. Esta rivalidad latente entre el trash y el glam se da por la pose comercial y de búsqueda de fama a toda costa de este último. Aun así, el thrash, a pesar de ser tan agresivo, también posicionó a Norteamérica y Alemania como fuentes puras en el metal extremo con imágenes fuertes en sus portadas, pero no muy distantes a las portadas artísticas creadas por la NWOBHM.
Death metal
Más tarde llegaron los denominados death metal estadounidenses y el death metal sueco conformados por bandas como: Deicide, Atheist, Obituary, Morbid Angel, Possesed, Entombed, Dismenber, Carnage, Hypocrisy, Gorefest y Death, banda que dio el nombre al género. Las bandas citadas anteriormente dieron a la voz un extremado gutural único que fue la principal característica de este género , así como tempos en baterías estridentes con un redoblante acompañado del bombo a máxima velocidad y el virtuosismo del death metal en sus guitarras son características principales.
Un punto a enfatizar son las temáticas de sus líricas, que se salieron totalmente de lo común. Eran letras referentes a la destrucción, el satanismo, el anticristianismo, los zombis y las enfermedades letales.
Grindcore
Este subgénero lleva su sonido a otro nivel. Muchos alegan que es otra vertiente del death, el grindcore lleva su sonido a otro nivel. Muchos alegan que es otra vertiente del death, pero se distingue de este porque en sus interpretaciones hay influencias del hardcore y el punk, en los cuales se registran canciones demasiado cortas.. Napalm Death es la banda que tiene el récord de la canción más corta, a saber, “You Surffer”. Igualmente, bandas como Carcass, Impetigo, Extreme Noise Terror, Fear of God, Agathocles, entre otros, fueron logrando una mayor cabida a las facetas más extremas que se conocían hasta ese momento con sus letras y exponencial música jamás vista y que enmarcaría su sonido llevando consigo un sonido simple con letras que van desde canibalismo hasta términos médicos y quirúrgicos. Definitivamente, estos músicos querían llegar a otro nivel con una ruptura musical evidente, Rubio refiere este género así:
Su aparente simpleza técnica, la suciedad de sus grabaciones, la escasa o en muchos casos, nula evolución estilística de muchas de las bandas o el cerrado underground en el que se desarrollan [...[ son estos precisamente los elementos que lo dotan de una interesante originalidad y unicidad ética, estética, y formal de la que carecen otros estilos más a priori, comerciales. (Rubio, 2011, p. 295)
Black metal
El Black metal surge casi a la par del death metal y toma matices del thrash metal. Es claramente aquí donde más se evidencia el sonido y estética de Bathory, Venom y Hellhammer. Otros alegan que Sarcófago de Brasil también influenció de una forma drástica en la creación del black metal, así como Sodom, Slayer, Pentagram, Parabellum y más bandas dieron pie e inspiración para creación de este género noruego.
Noruega es el país el cual dio a conocer este género como se conoce hoy en día con bandas como Mayhem, Darkthrone, Burzum, Ulver, Emperor, Satyricon, Dimmu Borgir, entre otras, con un sonido extremadamente veloz, una voz desgarradora y lineal, portadas a blanco y negro con fotos de los integrantes de las bandas usando corpse paint. Este rasgo fue pilar para distinguir muchos trabajos de dichos artistas. Los temas en sus letras también fueron singular en la música. Estos temas eran la desolación, el satanismo, el ocultismo y las atmósferas únicas, y, cómo no, si estos individuos se forjaron entre el frío del bosque nórdico. Es en este punto donde se siente la división entre subgéneros de forma más drástica donde muchos adolescentes estaban haciendo música pero no sabían cómo etiquetar a su auténtica creación. Otra vertiente particular fue la élite griega con bandas como Rotting Christ, Varathron, Necromantia y Thou Art Lord, o en Suramérica y Centroamérica con Parabellum o Reencarnación, estas dos últimas de Colombia, que en su jerga se hacían llamar ultra metal, término acogido antes de la existencia de la etiqueta del sonido crudo del black metal.
Doom metal-gothic metal
En otros lugares del planeta estaban surgiendo diferentes sonidos más espesos y lentos, y no por ello menos extremos. Es claramente la referencia al doom metal y al metal gótico, dando cabida a bandas como Cathedral, Candlemass, My Dying Bride, Lacrimosa, Tiamat, Anathema, Paradise Lost, o los portugueses Moonspell, quienes fueron influenciados por los norteamericanos Type o Negative. Como dato curioso cabe comentar que, a pesar de la rudeza de Bathory y los sonidos de Celtic Frost, estos fueron una influencia suprema en la creación de dicha banda portuguesa. Fernando Ribeiro en la biografía de Moonspell cita: “En términos de influencia como vocalista de Moonspell, no fue ganar discos de oro o estar en el top de las listas, fue conocer a Quorthon. Ahí se dio el clic, fue el día más importante en la historia de Moonspell” (Amorin, 2018, p. 47).
Es así como en los años noventa estas bandas logran su cometido de forma exponencial a nivel mundial y a pesar de que algunas tenían semejanzas a la imagen del black metal o al death metal en sus inicios era muy claro que su sonido e intención, imagen y estética eran totalmente diferentes, gestando sonidos realmente espesos y densos con riff de guitarras largas y descargas de batería únicas, voces limpias y melancólicas con un “entregutural” e imágenes depresivas en algunos casos.
Es en estos rasgos donde hay que prestar mayor atención, sobre todo en su sonido. Otro subgénero que surge de forma remota es el folk metal, con bandas como Isengard y Storm del conocido Fenriz, fundador de la banda Darkthrone, quien aunque hace parte élite noruega no significa que estas dos bandas (Isengard y Storm) sean black metal; por el contrario, se diferencia sobremanera que su sonido es totalmente diferente, más alineado con tonos lentos, melódicos y, por supuesto, folclóricos.
La gran barrera
Después de este breve repaso por algunos de los géneros, cabe señalar el punto de partida de las diferencias de cada uno, lo cual se resume en una sola palabra: sonido. Este es el rasgo fundamental, y tal vez el único, que realmente puede marcar una frontera entre un género y otro.
Hablando en términos de producción, se pueden grabar con tecnicismo y producción impecables o también existe la crudeza en el sonido el cual se denomina sucio, con pobres o escasos recursos técnicos, y no por falta de dinero o por algo relacionado, sino porque lo hacen con la intención de que suene de dicha forma. Hoy existen demos que son joyas para coleccionistas, siendo estos artículos de acceso muy limitado por su primitiva y escasa producción y grabación dando complejidad a lo simple. Estos términos fueron los que decidieron sobre el concepto de una u otra banda.
Llevando en línea el concepto del sonido, es primordial el conocimiento del espectador u oyente, quien juega un papel fundamental para distinguir una banda de otra o un género de otro. Con el tiempo, los “iniciados” o personas amantes del metal aprenden a diferenciar estos géneros con solo escuchar un rasgo auditivo, una canción, una voz o una guitarra, al punto de identificar un grupo sin siquiera conocer la canción escuchada; esto, reitero, se da con el tiempo y la experticia. Claramente también existen personas que se dejan llevar por otros factores, lo cual genera ciertas confusiones.
En este sentido, se pueden mencionar varios ejemplos. Muchos alegan que Venom es black metal por tener un macho cabrío o “demonio” en su portada y porque su disco se llama Black metal; y aunque sí, ellos tuvieron mucho que ver con su gestación, sin embargo, no hacen parte del black metal; cualquiera que los escuche los puede clasificar como speed o simplemente como ellos únicamente. Es curioso, por ejemplo, que en la revista Metal Hammer, en un especial llamado “Thrash”, de 1991, ponen a Venom en el top diez de los mejores álbumes de thrash metal de la década de los ochenta, cuando evidentemente no es así, e incluyen en este top a bandas como Death con Leprosy de 1988, y Morbid Angel con Altars of Madness, de 1989 (Metal Hammer, 1990, pp. 58-59). Otro caso evidente de confusión es cuando citan a Bathory como los death metal liderados por Quorthon (Metal Hammer, 1990, g. 24) o el caso de Amon Amarth, donde muchos señalan que estos son viking metal, por sus letras, sus atuendos y escenografías, pero en más de una ocasión los mismos Amon Amarth señalan que ellos hacen death metal y que su intención es y será hacer death metal aunque ellos hablen de vikingos y temas afines, dando razón de que ellos no usan instrumentos folclóricos o alusivos a este género (viking).
Existen claramente otros aspectos que ayudan a la diferenciación de géneros. Tal vez el lector pensará que el black metal y el uso del corpse paint marcaron una diferencia sobre todo en la intención que se le dio a esto con la notoriedad de la muerte; y hay que reconocer que está en lo correcto. Sin embargo, si se revisa bandas como King Diamond o Kiss, usan corpse paint y están lejos de ser black metal, tanto en su tiempo de nacimiento como en su música. Tal vez hablando un poco en términos de portadas sí se puede marcar la diferencia, en especial, en la primera ola de black noruego; fueron ellos quienes impusieron este tipo de portadas con A blaze in the Northern Sky de Darkthrone, en 1992; Wrath of the Tyrant de Emperor, en 1992; Pure Holocaust de Inmortal, en 1993; o el en vivo de Mayhem Live in Leipzig, en 1993, y más discos que marcaron esta tendencia. Lo mismo sucedió con las carnicerías en portadas del grindcore de Carcass con Reek of Putrefaction, de 198; los Impetigo con Ultimo Mondo Cannibale, de 1990; o las caricaturescas portadas icónicas del thrash o el death.
Al igual que con las portadas de los álbumes de heavy metal —unas más emblemáticas que otras—, los temas de las letras también parecieran seguir a relación; ¿por qué un género habla de una cosa y otro género, no? Si bien en todos los géneros, se abordan un sinfín de temas son solo unos pocos los que poseen exclusividad, por así decirlo. En algunas líricas, Black Sabbath habló de lucifer; y en el power metal, bandas como Blind Guardian y Halloween hablaron de fantasías mitológicas; el heavy y el thrash hablaron de guerra, el death habló de carne, el grindcore habló de canibalismo y carne en descomposición, zombis, violaciones, mutilaciones, etc., y, por último, cabe señalar otros enfoques temáticos, como la religión, el amor, la desilusión; y la muerte, sobre los cuales trato el doom y el gothic metal.
En fin, hay grupos que son únicos y que influenciaron un sonido pero no hacen parte de este o de esta oleada; existen grupos imposibles de clasificar por estos aspectos. Por ultimo vale la pena señalar que estos géneros se separan por sus colores e incluso por la estética en las vestimentas o el cabello largo. Aun hoy son identificables por los siguientes rasgos: el thrasher puede usar chalecos con parches, jeans y zapatillas blancas; el death, bermudas militares y camisetas con logos inentendibles; el blackero se viste totalmente de negro en cuero y taches, el heavy puede ser más colorido en jeans; el glamero tenía el cabello hacia arriba y su ropa despampanaba de color, entre muchos otros factores. Varios de estos aspectos también hacen identificable a una banda. Sin embargo, a pesar de que se trata de un factor muy notorio que para un conocedor es de muy fácil distinción que acompaña de forma esencial la estética que quiere representar el grupo o sus seguidores, no es necesariamente una camisa de fuerza para definirla en un subgénero o clasificar específicamente a un individuo.
Es bueno e ideal entender el metal como un movimiento musical, cultural, social y contestatario a un sistema establecido que marcó desde los años setenta la vida de muchas personas. Aún al día de hoy, este movimiento o cultura sigue cambiando en muchos aspectos, en especial en su sonido, el sentido y el valor que tiene la música para los seres humanos están dados en gran medida por su notable capacidad para expresar, transmitir y evocar diversas emociones y afectos. “Congruente con tan destacada función personal y social, esta compleja expresión sonora parece ser una de las formas más antiguas, prevalecientes y universales de comunicación humana” (Flores Gutiérrez y Díaz, 2009, p. 23).
El metal ha hecho parte estricta de la historia musical, aportando un acervo inmenso en la cultura alrededor del mundo aunque este tipo de música no es sencilla de entender y tampoco fácil de “digerir” en términos auditivos generando que el “nicho” o mejor aún, sus seguidores, se reduzcan y el género estando al margen de otras tendencias musicales mucho más aceptadas sociales, no obstante, algunos podrían considerar hasta afortunado que el metal no sea conocido por grandes multitudes, lo que da a los “metaleros” un lugar social privilegiado en la escena musical en general.
El metal es un género musical que se ha desarrollado de espaldas al gran público incapaz de apreciar y asimilar la dificultad de estos sonidos ..., armonías muchas veces minimalistas, otras rabiosamente violentas y hasta insoportables, rechazadas por la mayoría y solo entendidas por la selecta audiencia de los iniciados. Música difícil de apreciar y de digerir, música que nunca será popular o extremadamente refinada, nunca sonará en emisoras o programas de moda, afortunadamente la historia la sigue ignorando. (Rincón Murcia, 2019, p. 86)
El metal es un género muy distinguido por cientos de bandas y espectadores “agresivos”, los denominados iniciados, hambrientos de música extrema y feroz. “La catarsis ofrecida por la música metal, ayuda a aumentar la autoestima y promover autoevaluaciones positivas, regulando la tristeza, fortaleciendo las emociones axiomáticas y elementales, canalizando la necesidad de crear y expresar autonomía” (Rincón Murcia, 2019, p. 92).
Es en este punto donde el espectador es quien debe definir según su instinto y oído —el cual con el tiempo se educa o “entrena” —, los distintos matices de esta música, disfrutando de las maravillas que brinda en este género tan multifacético y rico en colores como es el metal y su mundo, este le permite al oyente posicionarse donde más se sienta a gusto con lo que brinda el metal en términos musicales, líricos, estructurales, culturales, etc. Cada género tiene algo especial con lo que el espectador como oyente se puede identificar y hacer parte de sí mismo. Hay letras las cuales acompañarán más algunas intenciones, contextos y momentos de la existencia del individuo, si es bien entendido este tipo de música podrá darle una interpretación a lo que la música puede brindarle.
El metal da cabida a cualquier tipo de persona, sea las más espontánea e hiperactiva o la más introvertida y tímida. En este punto la música es la única y fiel acompañante, permitiéndole explorar todos los sentidos de forma directa, percibiendo desde el sonido más fuerte al más suave, desde el más veloz al más lento, desde el más leve al más pesado, desde el más sucio al más limpio, desde el amor hasta la guerra, desde la religión y la moral o ir en contra de ella. Historia, vida, pensamientos o lo que quiera encontrará en este magno mundo donde se permite abrir un poco más los ojos frente a la vida.
La música puede ser artífice de varios aspectos de la vida de las personas, como encontrando amistades invaluables por el hecho de ir a un concierto. Adquirir un LP, CP, casete, camiseta, libro, revista o cualquier artículo de agrado crea lazos. Estos son momentos únicos e irrepetibles que un movimiento musical que ha sobrevivido por más de cincuenta años, a pesar de los contradictores, le puede brindar. Por último, quisiera cerrar con una cita Salva Rubio:
A aquellos que siguen sin oír más que ruido son incapaces de abrir sus ojos y sus mentes a la experiencia del Metal extremo poco puedo decirles. .... A aquellos que hayan descubierto aunque sólo sea una nueva banda que añadir a la música que hará más llevadero su día a día o aquellos que hayan descubierto todo un universo sonoro nuevo sólo puedo decirles bienvenidos .... A aquellos que hayan recordado un Lp olvidado, hayan apreciado mejor un grupo que un día despreciaron o le hayan dado una segunda oportunidad a un disco que no entendieron o hayan sentido un escalofrío al escuchar las primeras notas de un Lp que definieron su juventud sólo puedo decirles que los entiendo. (Rubio, 2011, p. 576)
Notas
* Este texto hace parte de una serie de reflexiones del autor a partir de su participación en el programa de radio 99 Beats por Minuto. En rol como coanfitrión se ha abocado al rescate de la raíz de los sonidos extremos del metal como manifestación contracultural que desde Europa y Estados Unidos han llegado a Colombia para establecerse como una cosmovisión que incluye sus propias respuestas frente a lo social, lo político y lo espiritual.
1. Término usado por el autor para referirse a los géneros musicales en tendencia de cascada que encierra varios rasgos específicos.
2. EP es un tipo de fonograma que contiene de cuatro a seis canciones.
3. Possers son llamados los integrantes del glam; término que años posteriores también sería utilizado para referirse a los falsos conocedores.
Referencias
Amorin, R. (2018). Lobos que fueron hombres. Alma Mater Books.
Flores Gutiérrez, E.,y Díaz, J. (2009). La respuesta emocional a la música: atribución de términos de la emoción a segmentos musicales. Salud Mental, 32(1), 23, pp. 21-33.
Metal Hammer. (Octubre de 1990). Metal Attack Thrash. Especial. MC Ediciones S. A.
Rincón Murcia, H. (2019). El metal, la carcajada y el grito desgarrador de un espíritu muy libre. Universitas Alphonsiana, Revista de Teología y Filosofía, (36), 67-94.
Rubio, S. (2011). Metal extremo (5.ª ed.). Milenio.
Rubio, S. (2013). Doom, goticismo y metal extremo. Herejía y belleza: Revista de estudios culturales sobre el movimiento gótico, (1), 185-200. https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/319309
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** Contador Público egresado de la Universidad Santo Tomás, integrante de Sinetco: Semillero de investigación en Educación y Teoría Contable de la Facultad de Contaduría Pública de la misma institución. Coanfitrión programa radial 99 Beats por Minuto. https://medium.com/99-beats-por-minuto Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla. ; orcid: https://orcid.org/0000-0002-3512-0374
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
Revista Sol de Aquino. ISSN 2744-8487 (En línea) Número 20 (julio-diciembre de 2021)