por Luis Antonio Merchán*
Tenemos el gusto de entrevistar a Nadia Verónica Velásquez Vallejo, directora de la Unidad de Gestión Integral de la Calidad Universitaria (UGICU) de la Universidad Santo Tomás (USTA).
Luis: Nadia, estudiaste Biología y Literatura. Esta es una pregunta obligada y que, bien sabemos, te la han hecho en muchas ocasiones: ¿cómo se compaginan esas dos cosas, la biología y la literatura? ¿Por qué decidiste estudiar dos cosas tan aparentemente desligadas?
Nadia: básicamente terminé estudiando las dos carreras porque siempre había sido mi sueño desde pequeña. Siempre me gustó mucho leer y escribir, pero también estaba muy conectada con el tema de cuidar el ambiente, cuidar los animales… Entonces, ya cuando estaba más grande, la decisión inicial fue todo el tema de la ecología o la biología, pero siempre estuvo la opción de estudiar algo con literatura. Cuando empecé a buscar opciones de universidades, me encontré con la oportunidad que en la Universidad de los Andes, en esa época (hoy en día ya todas lo tienen), se podía hacer el doble programa. No importaba que fueran de facultades diferentes, uno podía escoger los programas que quisiera estudiar. Eso me dio la oportunidad de poder cumplir el sueño que siempre tuve de poder hacer las dos carreras.
De una u otra forma, sí son muy diferentes, pero en el proceso se percibe que, aunque sean temas muy diferentes, se empieza a generar interrelaciones. A medida que iba avanzando en los semestres, ya llegaba un punto donde llevaba temas de Biología a clases de Teoría Literaria o si tenía una clase de Literatura o de Poesía la relacionaba con temas de Biología, por el uso del animalismo, el tema de los paisajes o de la fauna y de la flora en la Literatura. Entonces, empezaba ya a generar esas interrelaciones. Finalmente, logré terminar las dos carreras con éxito, y ver que no eran mundos aparte, sino que se empezaban a complementar.
L: ¿cómo una persona que estudia esas dos áreas termina siendo la directora de la UGICU de la USTA?
N: digamos que la vida lo lleva a uno a cosas que tampoco tiene planeadas y, en el marco de las dos áreas, yo creo que uno empieza a desarrollar competencias a medida que va estudiando. Tras bambalinas, uno desarrolla otros temas, como capacidades de análisis, de relacionar temas, de comunicación, de relación con otras personas, que van abriendo el camino a lo largo de la vida. Terminé en temas de calidad porque, después de graduarme de Biología y Literatura, ya en el mundo laboral, algunos sueños que uno tiene finalmente no se logran cumplir por temas personales o contextuales y, así, empecé a hacer una especialización en Evaluación de Impacto Ambiental de Proyectos. En esa especialización me di cuenta de que era otra línea diferente a Biología y Literatura, que estaba más relacionada con temas de ingenierías. Me tocó aprender muchísimo para ponerme al nivel de mis compañeros, pero ahí fue que empecé a conocer todo el tema relacionado con la gestión en organizaciones. De una u otra forma, me di cuenta que el background que traía de mis carreras de Biología y Literatura me servía como herramienta para empezar a trabajar esos temas. Como bióloga, de alguna u otra forma se piensa de manera sistemática; uno ya tiene el chip desarrollado de empezar a buscar conexiones entre toda la información que va llegando, lo que ayuda a entender y comprender todo bajo una mirada de sistemas para trabajar en aspectos de gestión en organizaciones. Poco a poco, y al terminar la especialización, terminé enfocándome en temas de Gestión Ambiental, lo que me llevó a que laboralmente se me abrieran las puertas para implementar sistemas de gestión ambiental, de calidad y de gestión de laboratorios. Empecé así a comprender todos esos conceptos que enmarcan la calidad en una organización.
Afortunadamente, toda esa experiencia se desarrolló en la Universidad. Eso me llevó, de nuevo, a seguir formándome. Estudié una maestría en Relaciones Internacionales, que no tiene nada que ver con las otras que estudié, pero me di cuenta que todo lo que venía haciendo; lo que aprendí en mis pregrados y en la especialización, además de lo que estaba trabajando, me servían como insumos para acercarme a los temas de la maestría y entender que los contextos globales internacionales finalmente impactan en temas regionales, locales y más específicos, incluso guardaban relación con las humanidades. Lograr esa interrelación amplía la perspectiva profesional y personal, y genera capacidades que lo llevan a uno a afrontar nuevos retos de maneras muy interesantes. Finalmente, la vida me llevó a la oportunidad de ser la directora de la UGICU. Creo que esas experiencias me ayudaron a fortalecer temas de comunicación, la capacidad de análisis y a mostrar que puedo generar puentes de comunicación entre las personas. Pensar de manera sistemática ayuda mucho a que uno dé respuesta pronta a los problemas y logre mejoras en los procesos, siempre desde una perspectiva académica. Afortunadamente, los directivos me dieron esa oportunidad y ese reto de ser directora de un área de muchos campos de trabajo, como lo es la UGICU.
L: ¿cuánto llevas en el cargo y cómo fue ese proceso de comenzar a dirigir esta Unidad? ¿Qué te encontraste?
N: como directora llevo un año larguito, aunque ya venía trabajando en la UGICU; ya llevaba dos años como coordinadora en la UGICU y conocía las dinámicas de la misma. En el cargo, uno se da cuenta que el rol cambia totalmente: en el cargo anterior cumplía funciones más operativas, más de generación de materiales, de insumos, de hacer capacitaciones; era algo más operativo. Cuando se llega a un cargo de directivo, la mirada es otra, porque ya tienes que generar, sentarte menos operativamente y empezar a mirar cómo gestionas, cómo comunicas, cómo aseguras que le haces seguimiento a los planes de trabajo de todo un equipo de trabajo, cómo aseguras la respuesta a clientes que, en este caso, son personas de la Universidad, docentes, decanos, directivos e, incluso, muchos usuarios externos que se acercan a la Unidad. Se manejan demasiados frentes de trabajo, que implican organización y asegurar seguimiento y cumplimiento.
Los espacios directivos generan una mirada más completa de la Universidad. Eso me ha servido para seguir creciendo como persona y en mi formación, en todo este mundo que son las instituciones de educación superior, donde todos los días se está aprendiendo de los compañeros, de los otros directivos, de los decanos, de los profes y de los mismos estudiantes con quienes nos relacionamos, ya sea por proyectos de trabajos de grado o porque buscan asesorías en la Unidad. Todos los días se aprende porque se está en contacto con todo el mundo de manera permanente; uno no está en un puesto fijo, donde cumple ciertas funciones específicas, sino que tiene que asegurar esa relación con todos de manera constante.
L: cuando los estudiantes escuchan la sigla UGICU, muchos no saben en qué consiste la labor de esta dependencia en la Universidad. ¿Se los podrías explicar, por favor?
N: La UGICU suele estar tras bambalinas. Por su naturaleza en todo el tema de calidad, suele ser algo que se da de manera transversal en todos los procesos, lo cual a veces el estudiante no percibe directamente. Está detrás de todos esos procesos que afecta al estudiante y busca asegurar que todos sus espacios académicos se den bajo ciertos lineamientos; detrás de eso hay todo un pensamiento y un proceso curricular. En el hecho de poder ofrecerles procesos de admisión, de acompañamiento estudiantil, de bienestar, etc., detrás de eso hay todo un proceso que es trabajado con los administrativos y los docentes para que se asegure cumplir con el propósito y la misión institucional.
De pronto lo más común que los estudiantes suelen ver son los procesos de autoevaluación de los programas que, afortunadamente en la Universidad, son participativos y muy natural en los programas académicos; incluso, los mismos estudiantes ya esperan que se den esos procesos en sus programas. Detrás de ese proceso está el acompañamiento y el apoyo de la Unidad a los decanos y a los docentes de los programas para asegurar que se cumpla con un modelo y una reflexión en el marco del sistema de calidad de la Universidad.
Por otra parte, el sello que se observa de la Acreditación Institucional Multicampus en todas las comunicaciones de la Universidad es la evidencia de un proceso que se acompaña y se lidera desde las Unidades de Calidad de todas las sedes y seccionales. Así mismo, el certificado de la ISO 9001 es un proceso que también se acompaña y se lidera desde la UGICU. Digamos que esos sellos que se ven en todas las comunicaciones de la Universidad se lideran desde la UGICU y todos sabemos o tenemos contacto con esa información que, incluso, muchos estudiantes la reconocen al interior. Los egresados también los identifican como sellos de calidad de la Universidad, pero de pronto no comprenden que existe un área que operativamente hace el acompañamiento, el apoyo y la asesoría a todas las áreas académicas y administrativas para poder lograr esas acreditaciones de los programas, institucionales o certificaciones de calidad.
Igualmente, está, por ejemplo, todo el tema de solicitudes de reconocimientos y quejas que se lideran desde la UGICU. A veces uno escribe en el link de quejas, pero no sabe a quién se está dirigiendo; eso nos llega y nosotros somos los que le damos toda la trazabilidad a esos procesos. Esa es nuestra función; verificar que todos los procesos se lleven de la mejor manera, asegurar su seguimiento y su mejora, la evaluación permanente del área académica y administrativa. El beneficio para los estudiantes es ese: tienen un servicio de calidad donde la Universidad se compromete a mantenerlo y mejorarlo. Además, buscamos darle valor un agregado a su experiencia en la Universidad, en conjunto con todos los líderes de procesos que hacen parte de la Institución, lo que asegura que la Universidad Santo Tomás es diferente a otras instituciones y que está enmarcada dentro de ese gran concepto de Calidad, marcado en la misión y la filosofía institucional de la Universidad.
L: ¿quiénes conforman tu equipo de trabajo y cómo lideran o aportan a la organización de los procesos de toda la Universidad?
N: en la UGICU se lideran dos grandes temas: la autoevaluación y la autorregulación; allí trabajan dos docentes, una coordinadora y un profesional de soporte. Es un equipo que se encarga de todo el sistema de gestión de calidad, bajo la implementación de la Norma ISO 9001; allí también está un profesional especializado en dudas de soporte. También está un Área de Gestión Ambiental. Los tres generan apoyo transversal a todas las áreas académicas y administrativas.
El Área de Autoevaluación y Autorregulación acompaña todos los procesos, sobre todo a los programas académicos para los ejercicios de autoevaluación con fines de registro calificado o de acreditación de los programas. Esta apoya todo el proceso de acreditación institucional multicampus. El equipo de calidad se encarga de la implementación del sistema gestión de calidad para mantener y mejorar el sistema bajo las normas ISO 9001. Por otra parte, el Área de Gestión Ambiental se encarga de buscar y promover estrategias que permitan la inclusión de la dimensión ambiental, tanto en procesos administrativos, como en el tema curricular de los programas.
Esas son las dos áreas que se trabajan y lo interesante es ver que estos temas de calidad terminan llegando a todo tipo de profesiones. Tenemos en la Unidad personas que estudiaron Comunicación Social, Psicología, Ingeniería Industrial y Microbiólogía, así como estudiantes de Relaciones Internacionales. Se ve así que, desde cualquier profesión, se puede llegar a trabajar este tipo de temas si generas las capacidades y competencias de análisis de los procesos, de buscar y generar una conciencia permanente de reflexión, de acompañamiento y de seguimiento. Son competencias que uno puede desarrollar en cualquier carrera y en cualquier momento de la vida y que, si a uno le gusta, pues finalmente termina trabajando en este tipo de temas; además que, en una universidad, son más interesantes porque todos los días uno aprende. Todo el equipo está en un proceso de aprendizaje permanente de los procesos que está acompañando porque, acompañar programas académicos, es un mundo totalmente diferente. Cada proceso administrativo es un mundo y uno va aprendiendo todos los días de herramientas, de teorías… de todo.
L: el hecho de que ahora seamos una sola Universidad, en cuanto a las diferentes sedes y seccionales, ¿no hace más difíciles los procesos? ¿Cómo se logra evidenciar en la práctica esa unidad institucional?
N: digamos que yo llegué a la Universidad en un momento donde eso ya se había solucionado. El mayor reto de la Universidad fue en el 2013-2014, cuando la Universidad decidió iniciar todo su proceso de acreditación multicampus, pues implicaba empezar a entenderse como una sola universidad. Antes de eso, era un mismo nombre, pero cada seccional, administrativa y académicamente, eran mundos independientes. Cuando se tomó la decisión de ser una Universidad Acreditada Multicampus implicó grandes retos, donde el mayor reto consistía en lograr unificar políticas y lineamientos que tuvieran alcance nacional y que se vieran reflejados en todas las sedes y seccionales, incluso en la modalidad a distancia, que se maneja desde la DUAD. ¿Qué estrategias ha desarrollado la Universidad? Además del liderazgo que han tenido los padres dominicos en todo el proceso y el compromiso de los directivos, algo valioso que se ha dado es la conformación de lo que llaman mesas nacionales, en las cuales se agruparon los diferentes procesos y participan los líderes de los procesos de cada sede y seccional. A través de un ejercicio participativo, se empezaron a definir políticas, lineamientos y procesos que se pueden unificar a nivel nacional, respetando las características y particularidades de cada región. Posteriormente, en los cuerpos colegiados, como los consejos académicos o los concejos administrativos generales, se aprueban y, por último, el Consejo Superior da su aprobación para generar esas políticas o lineamientos de alcance nacional. Esto ha facilitado el hecho de que nos comprendamos como una sola universidad y que podamos acceder a servicios en cualquiera de nuestras sedes y seccionales. Hoy, los estudiantes pueden movilizarse entre las diferentes sedes y seccionales, así como los docentes. Así mismo, esto nos ha permitido que los sistemas de información que se adquieren en la Universidad sean para todas las sedes y seccionales, ya sea sistemas académicos o administrativos. Hoy en día ya se logran esos acuerdos comunes y eso ha sido gracias al trabajo colaborativo entre sedes y seccionales y, finalmente, en los cuerpos colegiados se aprueban y se implementan con ese alcance nacional. Creo que ha sido una estrategia interesante y, como todo, siempre está abierta a una mejora. Hay procesos que siguen en ese camino de unificación, por ejemplo, se están mirando nuevos sistemas que permitan fortalecer ciertos servicios, pero lo interesante es que es un tema que ya es natural en la Universidad.
L: ¿Qué líneas o qué políticas han venido desarrollando en los últimos años? ¿Cuáles resaltarías?
N: Desde la UGICU todo el tema de aseguramiento de la calidad ha sido muy interesante porque, desde que se logró la Acreditación Institucional Multicampus, hemos logrado ese acompañamiento para apoyar la unificación de los procesos a nivel nacional. Eso terminó viéndose reflejado, para el caso de nosotros, en que tuviéramos en el 2018 la certificación bajo la norma ISO 9001, también ya de alcance nacional. Anteriormente, cada sede y seccional tenía su propia certificación, su propio mapa de procesos, sus indicadores independientes. Hoy en día, es un solo mapa de procesos, una sola certificación e indicadores nacionales para los procesos; ese ha sido uno de los logros más interesantes y el resultado del compromiso de las mesas nacionales.
Otro tema interesante es lo que se trabaja desde el currículo, toda la unificación curricular de los programas con un mismo nombre que se ha logrado en sedes y seccionales. Hoy ya todos los programas cuentan con esa unificación curricular, respetando un porcentaje de las particularidades de sedes y seccionales o de las regiones. Ahora el reto más grande, yo creo, y del que ya se están empezando a ver resultados, es el tema de la implementación de la política de investigación, innovación y creación física y cultural. Este es un sistema que paulatinamente ha madurado y que hoy en día está empezando a impactar a todas las sedes y seccionales, las cuales están empezando ya a desarrollar proyectos de manera conjunta entre docentes y grupos de investigación de las diferentes sedes y seccionales, y así empezar a aunar esfuerzos y comprender que como una sola Universidad podemos alcanzar logros mayores. Hoy en día que el país está en una situación compleja social, económica y demás, incluso hay mucha división política, esta unidad ha permitido que la Universidad dé respuesta a proyectos que realmente aporten al desarrollo social y regional. Todo esto nos ha permitido tener más grupos de investigación clasificados en las mejores categorías. Ya hay más investigadores con mejores clasificaciones también en el sistema y ya aparecemos en algunos rankings donde antes no éramos tan fuertes.
L: pregunta obligada: ¿cómo ha asumido la UGICU el mantener sus procesos en medio de la cuarentena que ha implicado esta pandemia? ¿Cómo se han adaptado los procesos?
N: digamos que, incluso antes, cuando se estaba planeando el tema de trabajar en casa, lo primero que se hizo fue revisar todo el plan de trabajo y sobre eso definir qué estrategias se iban a implementar. Se identificó que muchas de las cosas planeadas de manera presencial, se podían seguir trabajando virtualmente. Algunos miembros del equipo, por ejemplo, tuvieron que hacer algunas pequeñas capacitaciones sobre el manejo de las herramientas virtuales porque estaban acostumbrados a otras metodologías de trabajo, pero hoy en día ya todo el equipo sabe cómo convocar reuniones a través de Google Meet o Zoom, además de la comunicación permanente por correo electrónico. Las capacitaciones que teníamos planeadas, en un primer momento, las aplazamos por unos 20 días, dependiendo de lo que pasara y, finalmente, decidimos que las haríamos virtuales. Incluso, fueron un éxito porque capacitaciones pensadas para 30 personas se conectaron más de 100 personas de todas las sedes y seccionales. Ya uno empieza a ver los beneficios de esta virtualidad porque son temas que teníamos para un alcance mucho menor y que, debido a todo este tema de conexión, logramos que personas de otras sedes y seccionales pudieran participar en estos espacios y también tuvieran esa posibilidad de juntarse con la persona que les estaba dando el curso. Es así como se ha podido ver un complemento a un cronograma de trabajo que teníamos.
Los programas que estaban en procesos para su acreditación siguen en la construcción de sus documentos y también se siguen haciendo los talleres con los grupos focales en todos los programas que están en procesos de autoevaluación. Por ejemplo, ahora estamos con el gran reto de la Acreditación Internacional Multicampus; teníamos un cronograma y había unas actividades presenciales, así que nos tocó reenfocarnos y generar toda una estrategia virtual para empezar a trabajar lo que teníamos establecido. Eso, por ejemplo, ha implicado que la autoevaluación se haga de forma digital, los grupos evaluadores se van a hacer virtuales; nos tocó cambiar algunos temas de la metodología para que facilitara el proceso. Entonces, la de gestión de calidad y el seguimiento a los procesos sigue normal, los documentos y los indicadores se siguen actualizando.
Digamos que lo único que no se puede trabajar tanto es el tema ambiental y de infraestructura, pero se sigue tratando de hacer algunas piezas de comunicación y aquello que se requiere en términos de norma; mirar a qué toca hacerle seguimiento. De resto, todos los procesos han continuado de acuerdo con los cronogramas establecidos. Afortunadamente, los procesos que se acompañan desde la Unidad se pueden mantener a través de estos medios.
L: viene un proceso de reacreditación. ¿Qué retos tiene la Universidad frente a ello? ¿Debemos asustarnos? Hago la pregunta porque normalmente cuando se hace referencia en una institución a esta actividad se genera una cierta tensión. ¿Qué le dirías a la comunidad universitaria sobre esto?
N: el proceso de reacreditación hace parte de un proceso natural de la Universidad. No es algo nuevo porque venimos trabajando en esto desde el 2011. Ya somos conscientes de que después de estar acreditados debemos mantener los procesos de autoevaluación y presentarnos a otro proceso de visita de evaluación externa por parte del Ministerio. Yo creo que, más allá de asustarse, es realmente una oportunidad de reconocer las mejoras y los procesos. Hoy en día hay muchos avances en la Universidad en temas de verse o ver cómo se encuentra. Los docentes y los estudiantes saben las condiciones actuales de la Universidad. Los docentes que llevan muchos años reconocen la mejora de la Universidad en los últimos años y también son conscientes de los retos que vienen para la Universidad y yo creo que lo más importante es entender que estos procesos de acreditación son procesos voluntarios y que no piden que uno sea perfecto tampoco. Hay dos aspectos que se deben manejar en todos los niveles: primero, identificar en qué hemos mejorado, qué fortalezas hay en mi labor de docente, en mi programa académico, en el departamento en el que estoy, ver cómo los procesos de enseñanza y aprendizaje se han transformado a través de, por ejemplo, el reto que hemos tenido con el uso de las tecnologías; y, segundo, identificar y reconocer cuáles son esos aspectos que aún debemos mejorar y buscar las formas de que sean evidentes. El proceso de evaluación de la Universidad ha sido muy interesante porque busca la participación de toda la comunidad y, más allá de asustarse, es una oportunidad para ver cómo aportar a esa mejora de la Universidad.
Pedimos, entonces, que si les toca responder las encuestas de apreciación, por favor hacerlo de una manera consciente de los avances y de las oportunidades de mejora que tiene la Universidad desde el 2015 hasta hoy. Se estableció también un espacio de participación en el Micrositio de Renovación de la Acreditación, donde pueden dejar sus comentarios y recomendaciones. Porque lo que buscamos es que sea un ejercicio participativo, reflexivo, y no que sea solo por cumplir un compromiso ante un ente externo, sino que realmente esto nos genere insumos para analizar, ver la situación de la Universidad, entender la percepción de todos los actores y, obviamente, después cruzarlo con temas de indicadores y documentales para así tomar decisiones que van a servir en la construcción de planes de mejoramiento para la Universidad. Si la comunidad universitaria se reconoce como parte de este proceso, que pueden aportar desde su experiencia, de sus miradas y de lo que espera a futuro de la Universidad, seguramente se va a sentir parte del proceso y no como un ente externo que va a ser observado o evaluado, sino que va a ser parte activa de ese ejercicio de evaluación. Esto ayuda a que, cuando vengan los pares, seamos transparentes y hayamos consolidado en la Universidad una cultura de evaluación, que sea participativa y que planea lo que hacemos; que lo que hacemos corresponde con lo dicho en los documentos, que si decimos que tenemos una política de investigación debemos demostrar que estamos cumpliendo con esa política. Además, nos permite verificar que estamos haciéndole seguimiento permanente a esas políticas y, si hay cosas que no se están dando de la manera planeada, se definen estrategias para esa mejora.
Hay que entender, entonces, que estos ejercicios de acreditación no son el fin de la Universidad o el objetivo de la Universidad, sino que son el instrumento que permite evidenciar cuáles son esos aspectos en los que somos muy fuertes y podemos seguir trabajando y mejorando, y cuáles son esos otros aspectos que, dependiendo del contexto, dependiendo de las situaciones internas o externas de la Universidad, se deben trabajar de manera prioritaria, o a mediano o a largo plazo.
Es importante contar con la participación de la mayor cantidad de personas de la comunidad universitaria porque, finalmente, somos muchos los que vivimos el día a día, somos los que vivimos el uso desde temas de infraestructuras, usamos los diferentes servicios que ofrece la Universidad, como el CRAI, Bienestar o Evangelización, y somos nosotros los que podemos dar esas retroalimentaciones frente a todos los procesos académicos y administrativos de la Universidad. Por tanto, no hay que sentir miedo ni sentirse presionados, sino sentirse parte del proceso y que si ya hemos hecho un ejercicio consciente de reconocernos, de evaluarnos y de participar y ser parte de esas propuestas de mejora, vamos a ser muy conscientes de que la visita va a tener esa mirada. En su momento, los pares nos dirán qué información requerirán al respecto, pero digamos que la línea es clara y lo que se busca es fomentar cada vez más la apropiación de esa cultura en la Universidad y que todos somos parte, porque todos somos una sola universidad, y en eso es que debemos enfocarnos.
L: una última pregunta. Antes de ser la directora de la UGICU, llegaste a la Universidad a liderar el proceso de la gestión ambiental. Este ha sido uno de los aspectos donde se han notado grandes logros. ¿Nos podrías resumir cuáles han sido esos logros?
N: el tema de gestión ambiental se empezó a pensar en la Universidad uno o dos años antes de que yo llegara y se incluyó en la planeación estratégica de la Universidad. Cuando yo llegué, estaba incluida en la visión institucional de ser una universidad ambientalmente sustentable. Con ese compromiso estratégico, se empezó a buscar una forma de operatividad del cumplimiento de ese gran reto. Al crear las Coordinaciones de Gestión Ambiental, porque ya no está solo en Bogotá, sino en todas las sedes y seccionales, se han logrado temas muy interesantes como contar con una política ambiental a nivel nacional, se ha generado una reflexión permanente sobre los procesos administrativos y, sobre todo, se está buscando que se incluya siempre criterios de sostenibilidad ambiental en insumos en temas de infraestructura, en la selección de proveedores, de forma que las nuevas edificaciones que está haciendo la Universidad sean responsables en temas de consumo de agua y energía. Son temas operativos, pero también se ha logrado fortalecer mucho la articulación con los programas académicos; entonces, ya hay programas que, de manera trasversal y muy allegados con la formación integral y la filosofía institucional, incluyen esta reflexión permanente para dar respuesta a las problemáticas sociales y ambientales del país, de la región o a nivel internacional. Hay muchos programas, incluso los mismos departamentos, que de manera transversal están generando esa reflexión en los espacios académicos. Es así como se logró generar una cultura de que no es solo dar respuesta a un tema de norma o dar respuesta a una separación de recibos o consumo de energía, sino que se convierte en algo que estamos empezando a trabajar con toda la comunidad universitaria, porque debemos asegurarnos que este pensamiento de cuidado de nuestra casa común es trasversal a toda la comunidad.
Otro aspecto interesante es haber logrado la articulación entre la administración y la academia. En todas las sedes y seccionales, los proyectos de desarrollo de infraestructura están articulados con los programas académicos. Por ejemplo, en Bogotá se instaló una planta de tratamiento de aguas residuales para dar solución a un problema de contaminación por aguas generadas en laboratorios y cafeterías; pero más allá del cumplimiento de una norma, se hizo caso a la solicitud de los docentes, que planteaban que dicha planta fuera expuesta al aire libre, no enterrada ni escondida, sino que se convirtiera en un laboratorio vivo o un aula viva para los estudiantes y para los docentes. Incluso, ha servido para hacer visitas de estudiantes de otras carreras que, aparentemente, no tienen nada que ver con el tema de las aguas residuales, pero que ha servido como parte de su formación integral y sensibilización frente al cuidado del agua. Esos han sido algunos de los proyectos, porque hay muchos. En Bucaramanga, por ejemplo, hay proyectos de manejo de residuos y de paneles solares, que han salido, en parte, por esa articulación con la gestión ambiental. Por tanto, se han generado proyectos interdisciplinares e, incluso, nuevas relaciones entre las áreas administrativas y los programas académicos para generar proyectos y mejoras que impactan de manera positiva la gestión de la Universidad.
L: muchas gracias, Nadia, por tu disponibilidad y tu tiempo, pero también agradecemos tu aporte a la Universidad desde esta importante labor.
*Luis Antonio Merchán es docente e investigador del Departamento de Humanidades y Formación Integral. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla..
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Santo Tomás.
Revista Sol de Aquino. ISSN 2744-8487 (En línea) Número 19 (enero-junio de 2021)